El Siglo XIX: El romanticismo y el realismo

Pérez Villaamil "Manada de toros"

La Guerra de la Independencia

En el año 1808, después de dejar a Napoleón entrar en el territorio español bajo pretexto de atacar a Portugal, Carlos IV fue forzado a abdicar el trono. Su hijo, Fernando VII, no pudo prevenir que Napoleón se apoderara del país, y el hermano del líder francés asumió el control. Este se llamaba José Bonaparte, pero se conocía como "Pepe Botellas", por la supuesta propensión de los franceses a la bebida. El 2 de mayo de 1808, el pueblo español se rebeló, e inició la Guerra de la Independencia en contra de los extranjeros franceses. Esta guerra de guerrillas duró de 1808 a 1814, y marcó un punto decisivo en el desarrollo del país, el cual se reflejaba también en la literatura. Fuerzas inglesas, bajo el mando del duque de Wellington, por fin ayudaron al pueblo español a expulsar a los franceses en 1814, y Fernando VII volvió al trono.

En el arte y las letras del período...

Se notaron los primeros brotes del Romanticismo al iniciarse el conflicto, cuando España salió de su letargía a oponerse a los invasores franceses. Durante los últimos años del siglo previo, se había notado un nuevo interés en el drama y la poesía, y con el Romanticismo se volvió a cultivar esas formas literarias con más entusiasmo. La Guerra de la Independencia despertó el deseo por la libertad, un tema romántico predominante. Por un lado, los escritores y pintores de la época se adherían a la tradición, quizás por hacerse destacar las diferencias entre España y los extranjeros. Así se enfocaba en lo viejo español, los valores de la lealtad y la fe católica, entre otras características.

Por otro lado, se enfocaba en las nuevas ideas del liberalismo, que predicaba la transformación del país a través del progreso. Las dos corrientes compartían una actitud de patriotismo frente la grave ofensa de la invasión. Tuvieron mucha influencia las traducciones al español de obras extranjeras, como las de Byron, Hugo, Chateaubriand, Rousseau, y Goethe. Pero iba a pasar mucho tiempo hasta que se pudiera expresar libremente las ideas revolucionarias románticas, porque aunque los españoles pudieron expulsar a los franceses, la vuelta a la monarquía trajo un nuevo período de represión.

El tirano Fernando VII...

Mientras España luchaba contra Napoleón y su hermano, las Cortes de Cádiz escribieron una nueva constitución liberal, la Constitución de 1812. En este documento, se preservaba la monarquía mientras se respetaba la soberanía del pueblo. Pero al terminarse la guerra, Fernando la rechazó y sin mucha resistencia del pueblo, se volvió al absolutismo de antes. Quizás fuera esto una de las últimas causas de la independencia de las colonias americanas, que se efectuó entre los años 1810 a 1824.

Hubo un momento de libertad de la represión de Fernando VII, aunque fue muy breve. En 1820 los liberales del país se sublevaron, liderados por el coronel Rafael del Riego. Pusieron en vigor la Constitución de 1812, pero en 1823 con ayuda de los franceses se estableció el poder real otra vez en España, y Riego fue fusilado.

Las Guerras Carlistas....

El absolutista Fernando VII se murió en 1833. El país se dividió entre la gente que apoyaba a Carlos, el hermano de Fernando VII, e Isabel, la hija de Fernando VII, quien tenía sólo tres años. Los que favorecían a Carlos se identificaban con las fuerzas tradicionalistas del país, y los que querían a Isabel eran liberales. Los liberales prevalecieron, pero como Isabel era tan joven, su madre María Cristina de Borbón sirvió de regenta, suplantada luego por dos generales militares. Isabel II misma asumió el trono en 1843. Desgraciadamente, las diferencias entre conservadores y liberales no se habían resuelto, y el reinado de la joven monarca se caracterizó como otro período caótico, de guerras y levantamientos y muchos gobiernos diferentes. Se conoce como el período de las Guerras Carlistas, una guerra civil que realmente consistía en dos crueles guerras que duraron de 1833 a 1840 y de 1872 a 1876.

El Romanticismo....

En 1833, tras la muerte de Fernando VII, los artistas y escritores liberales que habían vivido en el exilio regresaron a España, con ideas progresistas aprendidas en Francia y otros lugares. Habían leído a Lamartine y a Victor Hugo, y a los románticos ingleses. La publicación del poema "El moro expósito" en 1834 y el estreno de Don Alvaro, o la fuerza del sino en 1835 (los dos de Angel de Saavedra, el Duque de Rivas), anunciaron la llegada del movimiento a España. Este autor empezó como liberal pero se volvió conservador con una admiración por lo viejo y lo tradicional español. El Romanticismo duró hasta mediados del siglo, cuando el Realismo llegó a tener más influencia en la literatura, y hubo un renacimiento de la novela.

Las características del Romanticismo en la literatura se pueden resumir así: Se quería despertar la sensibilidad y evocar las emociones a través del arte. El gran tema del período era el amor, que se glorificaba en todos sus aspectos, sea sexual o espiritual. Se cultivaba una actitud de anti-objetividad o del subjetivismo. Los sentimientos y las emociones se consideraban lo mas auténtico del ser humano. Se rechazaba al realismo, y se cultivaba lo fantástico como escenario y tema. Se combinaban lo feo y lo bello libremente, y se favorecían como medio-ambientes los lugares y tiempos remotos y exóticos. Aparecía en las obras de teatro, la poesía, y la narrativa mucha referencia al alcóhol, las drogas como el opio, y la orgía. El individuo era supremo, especialmente el solitario rebelde que confrontaba la autoridad y se oponía al orden establecido. Por eso, se idealizaba la figura del pirata, del delincuente, del artista, del miserable, de la prostituta. En las Américas, se idealizaba a los indios y a los gauchos, y en Europa se glorificaba a los gitanos, como personas que vivían fuera del alcance de la civilización.

El desdén por las reglas se manifestaba en la creación literaria: se admitía mucha licencia en cuanto a formas y normas y así se ve una falta de precisión en la versificación y las unidades tradicionales del drama. Porúltimo, eran frecuentes un tono de pesimismo y una actitud de incertidumbre frente los misterios de la vida, pero también se empleaba un tono grandiloquente, ostentoso, grandioso, y se exhaltaba lo magnífico y lo superlativo.

Entre otras figuras importantes de la época está José de Espronceda, poeta que escribía sobre el amor, el patriotismo, la libertad, y el individualismo. Si no fuera por su obra, su manera de vivir lo haría una figura romántica: era muy activo en la política y tuvo una relación tempestuosa con una mujer casada. Escribió los poemas, "El estudiante de Salamanca", "El diablo mundo", y la "Canción al pirata".

Otro autor era José Zorilla, quien con su tratamiento de temas históricos se considera tradicionalista. Escribía obras de teatro sobre leyendas medievales, sobre temas encontrados en el viejo romancero, y mucho más. Incorporaba lo fantástico y lo sobrenatural en obras tales como Don Juan Tenorio (1844), que trata la misma historia que El burlador de Sevilla de Tirso de Molina.

Mariano José de Larra seguía los preceptos del buen gusto neoclásico, pero con elementos románticos. Se casó joven, y fracasó el matrimonio. Debido a una desilusión amorosa, se suicidó a los 28 años. Escribió "artículos de costumbres", crítica literaria, y artículos políticos. Criticaba muchos aspectos de la sociedad y los valores españoles.

La poeta gallega Rosalía de Castro escribió En las orillas del Sar (1884) en que se encuentran algunos elementos estilísticos y temáticos comparables a los de Bécquer y es considerada "pos-romántica".

 

Gustavo Adolfo Bécquer, un sevillano, era romántico aun cuando ya había pasado el auge del movimiento -- se publicaron sus Rimas en 1871. Era hijo de un pintor obscuro y quedó huerfano a una edad temprana. Se mantenía haciendo traducciones del francés y murió de la tuberculosis y la malnutrición. Su matrimonio fue infeliz, y sufrió mucho por el amor no correspondido por Julia Guillén. Sus "rimas" expresaban sentimientos románticos pero con un tono más suave, más delicado. Bécquer escribía con intimidad, musicalidad, lenguaje sencillo, y trataba de crear un aire de ensueño y fantasía. Se acercaba en su método y sus intenciones a los simbolistas. Se destacaban el ritmo y el sonido de los versos.

Se puede describir Rimas como una serie de poemas llenos de desesperanza y tristeza irremediable. Expresan un sufrimiento contenido y nos llevan como lectores cada vez más abajo a la más pura melancolía. A la misma vez, son honestos, y contienen un optimismo guardado, no para transcender ni escapar el sentimiento, sino para experimentar el sentimiento mismo. Las primeras rimas son delicadas, inefables, fugitivas, airosas, diáfanas, y tenues, y en muchas es el espíritu de la poesía él que habla. Luego, el amor llega a ser una serie de crisis, y la poesía no puede dar alivio. El poeta se siente aplastado y congelado por su miseria pero la poesía no lo puede salvar.

Para saber más sobre el romanticismo, puedes ver estos sitios del Web: Temas principales, características, autores y obras, descripción histórica.

Este retrato de Bécquer fue pintado
por su hermano Valeriano.

La Primera República...

Después de muchos años de conflicto entre progresistas y moderados, las tropas reales de Isabel fueron derrotadas en 1868 por el general Juan Prim y otros caudillos en la "Revolución de Setiembre". Isabel II fue expulsada a Francia, y se estableció un gobierno provisional bajo Las Cortes. Se invitó al hijo segundo del rey de Italia, Amadeo de Saboya, a reinar sobre España, yél duró dos años (1871-73), hasta que abdicó debido a las muchas intrigas de la corte. Se instaló lo que se conoce como la Primera República -- un gobierno dirigido por Las Cortes bajo la Constitución de 1869. Pero había mucha inestabilidad (4 presidentes en 11 meses) y hubo otro golpe que llevó a la segunda guerra carlista (1872-76). Por fin, el hijo de Isabel II, Alfonso XII, fue proclamado rey en 1874. Su reinado se conoce como la Restauración.

El realismo...

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la novela recobró importancia como género literario. Los novelistas reaccionaron en contra del subjetivismo y la fantasía de los románticos, y empezaron a describir la realidad española tal como era, según su propia observación. La meta era retratar todos los detalles de la vida con un objetivismo total, como hacía la nueva invención, la cámera. Les interesaban las costumbres y el ambiente regional.

Varios factores afectaban la recepción y el desarrollo del realismo en España. Primero, en España existía la falta de un público lector, lo cual hacía difícil la difusión de la novela. Segundo, mientras en otros países el realismo tenía como subjeto los efectos y los cambios sociales causados por la Revolución Industrial, este fenómeno no tuvo tanto impacto en España, así que los autores volvían la vista a otros temas, como la vida de la creciente clase media y la clase obrera urbana de Madrid y otras ciudades. Tercero, la censura española limitaba la libre expresión de ideas, y por eso la crítica social que era parte íntegra del realismo en otros países nunca fue tan aguda en España. Sin embargo, los realistas españoles leyeron a Balzac, a Dostoevski, y a otros autores extranjeros y usaron mucha técnica parecida.

Algunos realistas fueron influídos por una nueva teoría sobre la educación llamada el krausismo. Se fundó la Institución de Libre Enseñanza para promover las ideas intelectuales progresistas y liberales del filósofo alemán Krause, quien inspiró al español Julián Sanz del Río a describir la filósofía en su libro El ideal de la Humanidad.

La primera autora realista era Cecilia Bohl de Faber, o "Fernán Caballero", quien escribió La gaviota (1848), un cuadro de costumbres andaluzas con trama novelesca. Pedro Antonio de Alarcón escribió El sombrero de tres picos (1874), una novela romántica histórica con características realistas que trata la historia de una molinera que es perseguida por un viejo corregidor andaluz. También importante era el novelista José María de Pereda, autor de los bosquejos costumbristas de Santander, Escenas montañesas (64) y Tipos y paisajes (71). Este autor también escribió las novelas costumbristas De tal palo, tal astilla (1879) y Sotileza (1884) sobre la comunidad pesquera. Juan Valera, un autor andaluz, escribió novelas de gran realismo psicológico, como Pepita Jiménez (74) y Juanita la larga (96).Pero el padre del realismo moderno español era Benito Pérez Galdós (1843-1920). En la obra de él, se ve la importancia de la realidad, la psicología humana y el medio ambiente. Es obvia la influencia de las teorías evolucionistas. Su obra refleja el dinamismo de la sociedad, y un rechazo de lo estático. Se enfoca en la relación entre los hechos pasados y el futuro, mientras trasciende el regionalismo de la novela realista. Galdós trata los temas universales de la caridad, los valores espirituales, los problemas de la ciencia moderna y el materialismo, la justicia social, la tolerancia, la libertad individual, la igualdad y el amor.Las características del realismo de Galdós son: retratos psicológicos, temas realistas, ausencia de mucho didacticismo, técnicas organizadoras objetivas, estilo dialógico, representaciones simbólicas, uso de lo fantástico y la imaginación, y descripciones impresionistas. Se divide la obra de él en tres tendencias: 1) interés en la historia y el pasado; 2) enfoque didáctico (de tesis) sin sacrificar la verosimilitud psicológica y el balance artístico; 3)énfasis en el costumbrismo extendido de lo regional a lo nacional.Algunas de las novelas más importantes de Galdós son:

  • novelas de tesis: Doña Perfecta (1876), Gloria (1876), Marianela (1877), La familia de León Roch (1878).
  • novelas contemporáneas: La desheredada (1881), Fortunata y Jacinta (1887).
  • novelas idealistas: Misericordia (1897).
  • novelas históricas: Episodios nacionales (5 series).

El Naturalismo...

El movimiento conocido como el Naturalismo utilizaba algunas de las mismas técnicas realistas para enfocarse en los problemas sociales de España. Con la idea de que los seres humanos somos el producto de varios factores determinantes fuera de nuestro control, se describían estos factores y cómo obraban para oprimir a la gente, especialmente a los pobres o a las víctimas de, por ejemplo, el sistema de clase social al final del siglo. Una de los más destacados de este movimiento era Emilia de Pardo Bazán, que escribía sobre el sistema todavía feudal de su patria chica, Galicia, en novelas como Los pasos de Ulloa.

La Restauración...

Se impuso una nueva constitución conservadora en 1876. Alfonso XII murió en 1885 y su hijo Alfonso XIII asumió el trono bajo la regencia de la madre, María Cristina de Hapsburgo. España perdió las últimas colonias de Cuba, Puerto Rico, y las Filipinas en la Guerra de 1898, y el sentido de fracaso producido por este acontecimiento y otros factores llevó a los escritores y filósofos de la "Generación de '98" a meditar seriamente sobre la identidad española y a buscar la verdadera esencia del país mirando las viejas tradiciones y observando los paisajes de Castilla.